"Mi nombre es Juan de Dios Ortega. Hace más de dos años y medio, me encontré en una situación muy complicada debido a una circunstancia personal relacionada con mi tía, Adriana Mardones. Ella, una adulta mayor que vivía sola, sufría de demencia senil tipo Alzheimer y tenía problemas de movilidad, siendo completamente dependiente según su diagnóstico médico. Después de intentar sin éxito con diferentes cuidadoras y profesionales para su cuidado, comencé a buscar otras opciones. Por recomendación de una persona conocida, llegué a la Residencia Nenita y Rosario.
Hablé con su directora, la Sra. Michelle Nordan Saavedra, y le conté sobre la compleja situación que vivía con el cuidado de mi tía. Solicité su ayuda, y mi tía fue aceptada en la residencia con gran satisfacción y sin ningún inconveniente. Recuerdo ese momento como un gran alivio y siento profunda gratitud. Desde el primer instante que entré, sentí una enorme confianza y tranquilidad.
Gracias a la Residencia Nenita y Rosario, la vida de mi tía y la mía cambió significativamente. Ha estado bajo su cuidado desde hace casi tres años, y me han proporcionado una paz y tranquilidad absolutas. Estoy enormemente agradecido por el trabajo excepcional de la directora y de todo su personal. Quiero expresar mi gratitud a su equipo por su dedicación en esta noble, aunque a menudo no reconocida y sacrificada, profesión: el cuidado de nuestros adultos mayores. Gracias por hacer la vida de mi tía Adriana y la de nuestro entorno familiar más fácil. Muchas gracias."
"Tengo la tutoría de mi ex esposo, un querido abuelito que quedó con secuelas tras un accidente cerebrovascular. Yo misma, siendo una adulta mayor con enfermedades crónicas, ya no poseo las fuerzas físicas ni mentales necesarias para cuidarlo como él lo requiere.
Gracias a Dios, encontré en el Hogar Nenita y Rosario un lugar maravilloso para él. Allí le brindan toda la atención y cuidados esenciales para su vida diaria: administran sus medicamentos, atienden sus necesidades alimenticias, le proporcionan ropa limpia, y le ofrecen un hermoso y amplio espacio para interactuar con otros abuelitos y aliviar sus dolencias. Además, organizan actividades adaptadas a sus capacidades.
Estoy profundamente agradecida por la atención que recibe del equipo de asistentes. Su labor es invaluable, realizando con amor y dedicación lo que yo ya no puedo, pero desearía seguir haciendo. Mi más sincero agradecimiento al esforzado equipo humano de asistentes del Hogar Nenita y Rosario. Que Dios los bendiga siempre."
"Queridos, en esta ocasión especial, después de los años que hemos estado juntos, solo puedo expresar mi más profundo agradecimiento hacia ustedes por brindar un cuidado continuo y amoroso a mi tía Bertita. Sé que ella ha recibido de ustedes todo el amor, la nutrición y la sensación de familiaridad que necesita en su vejez, cosas que yo, lamentablemente, no puedo proporcionarle. Ella es sumamente importante para mí y para mi familia, por eso les estoy enormemente agradecida. Ustedes siempre estarán presentes en mis oraciones. Que Dios, en su infinita gracia, bendiga a cada uno de ustedes por su dedicación y cariño. Con todo mi aprecio, María Isabel."
Nenita y Rosario
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